"― ¡Las huinchas!, está decidido ―declaró, y a los pocos días hizo desalojar la planta baja, mandó a mi madre al segundo piso con su piano y sus innumerables partituras amarillentas, y permaneció largas horas de pie en medio del salón contemplando los monumentales cuadros de caza que cubrían las tes cuartas partes de las paredes." (Chopin y Los Perros. Escrito por Ramiro Rivas. Publicado por Lom Ediciones. Año 1998. Página 73)

"Evoco, tristemente, la alegría / «Salud, postre de peras.» / (¿Me lo traen? ¡Las huinchas!) / Y olvido, alegremente, la tristeza." (Poesiectomía: Epidramas de Vigencia Privada. Escrito por David Rosenmann Taub. Editado por Lom Ediciones. Año 2005. Página 46)